martes, 31 de marzo de 2009

Raúl Alfonsín: El último adiós al gran demócrata argentino

En este posteo, quiero hacer sentir mi pesar por la muerte de uno de los dirigentes con más trayectoria en la República Argentina, Raúl Alfonsín, el político radical que reinstauró la democracia en el país luego de la devastadora experiencia del Proceso Militar del '76, y que es, a mi juicio, el gran padre de la Nueva Democracia argentina.

Falleció Raúl Alfonsín
Martes, 31 de Marzo de 2009 20:56

La información fue confirmada por la propia familia del ex Presidente en la puerta del edificio donde vivió el histórico dirigente radical, sobre la avenida Santa Fe.
Según informó su médico, Alberto Sadler, el cuadro del ex mandatario se agravó el último fin de semana, con una fuerte “neumonía broncoaspiratoria”. A partir de ese momento, el equipo que lo asistía impulsó una terapia especial para trabajar en la oxigenación y combatir una imposible afección pulmonar.
Desde el fin de semana hasta hoy, dirigentes políticos, religiosos y distintos allegados a la familia llegaron hasta el departamento para interiorizarse sobre el estado del ex Presidente y trasladarle su afecto a la familia.La presidente Cristina Kirchner se comunicó telefónicamente -desde Qatar, donde participaba de una reunión de mandatarios- con Ricardo Alfonsín, uno de los seis hijos del ex jefe de Estado, para hacerle llegar su preocupación por la gravedad del cuadro clínico.
El entorno del otrora senador nacional, último cargo público en el que se desempeñó, autorizó al gobierno de Cristina Kirchner a realizar una despedida con honores. La opción principal es el Salón Azul del Congreso de la Nación, aunque aún no se descartó la posibilidad del Salón de los Pasos Perdidos.
El Poder Ejecutivo tendrá el deber de decretar finalmente dónde será el velatorio y otras
cuestiones tales como la cantidad de días por los cuáles se decretará el luto nacional, a través de los denominados “decretos de honores”.
Además, deberá fijar las precedencias protocolares para invitar a los distintos referentes políticos de todo el mundo que llegarán al país en las próximas horas para despedir los restos de Alfonsín.
Según trascendió, la familia del dirigente radical estaría dispuesta a extender el velatorio hasta que la propia presidente Cristina Kirchner retorne al país, ya que se encuentra en Londres participando de la Cumbre del G-20.

Vida y obra de un demócrata

Raúl Ricardo Alfonsín nació el 12 de marzo de 1927 en la localidad bonaerense de Chascomús, como el mayor de los seis hijos de Raúl Serafín, un comerciante minorista de orígen español, y de Ana María Foulkes, descendiente de alemanes. Estudió en la Escuela Normal Regional de Chascomús y en el Liceo Militar General San Martín, donde tuvo como compañeros de clase a los futuros dictadores Jorge Rafael Videla y Leopoldo Fortunato Galtieri.
En 1949 se casó con María Lorenza Barreneche, con quien luego tendría seis hijos: Raúl Felipe, Ana María, Ricardo Luis, Marcela, María Inés y Javier Ignacio. Al año siguiente, en 1950, se recibió de abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Plata. Fue el mismo año en el que comenzó a militar en el Movimiento de Intransigencia y Renovación de la Unión Cívica Radical.
Sobre el ocaso del primer gobierno peronista, en 1954, fue electo concejal por Chascomús, pero al año siguiente lo metió preso la Revolución Libertadora. Durante los mandatos de los presidentes radicales Arturo Frondizi y Arturo Umberto Illia pasó primero de diputado provincial, a diputado nacional, a Vicepresidente de bloque y terminó presidiendo el Comité bonaerense de la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP). Por reabrir el comité provincial en 1966, en plena dictadura de Juan Carlos Onganía, estuvo preso un breve tiempo.
Sin embargo, sólo comenzó a destacarse en política a principios de los '70, cuando creó el Movimiento de Renovación y Cambio. Se trataba una línea del radicalismo apoyada por la militancia universitaria, con una propuesta socialdemocráta, nacional y popular, pero alejada del peronismo y de la violencia política. Allí conoció a muchos radicales que luego serían célebres, como Federico Storani, Leopoldo Moreau y Enrique "Coti" Nosiglia.
Alfonsín perdió la interna con Ricardo Balbín, aunque consiguió la banca de diputado una vez más en 1973. Con el aumento de la violencia del gobierno de Perón e Isabel, fue uno de los fundadores de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Desde allí, en su rol de abogado, defendió a opositores políticos perseguidos y presentó habeas corpus por los desaparecidos, lo que implicaba poner en riesgo su propia vida.
También fue uno de los pocos que se opuso a la Guerra de Malvinas que marcó el principio del fin de la última dictadura militar, lo cual comenzó a cimentar su popularidad: Alfonsín arrasó primero en la interna contra Fernando De la Rua, y el 30 de octubre de 1983 se impuso al candidato peronista Ítalo Luder con el 51,7% de los votos contra el 40% del PJ.
Ni bien comenzó su gobierno, como había prometido en campaña, anuló la autoamnistía dictada por los militares y creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) a fin de investigar los crímenes cometidos por las tres juntas de la dictadura. En 1984 se publicó Nunca Más, el informe de dicha investigación, y a fines del año siguiente se condenó a cinco mandatarios militares a penas que iban de cuatro años a la reclusión perpetua.
Lo que fue en un principio la principal fortaleza de su gestión, terminaría siendo su mayor debilidad. La amenaza de golpe de estado de los militares era constante y lo obligó a firmar la ley de Punto Final, pero no fue suficiente: ante el levantamiento carapintada de Semana Santa de 1987 se vio sin apoyo militar alguno, y para evitar una guerra civil debió promover la ley de Obediencia Debida. Fue el "Felices Pascuas" y el comienzo del declive de su gobierno.
Sin embargo, fue la economía que terminó de sepultar a Alfonsín. Los buenos comienzos del Plan Austral quedaron opacados por la creciente inflación y la falta de fondos estatales. La oposición del peronismo y del propio radicalismo le impidió emprender las privatizaciones que luego se harían en los '90.
El Plan Primavera fue un último manotazo de ahogado que terminó hundido entre la hiperinflación, la corrida contra el dólar, el aumento de la pobreza y los saqueos. Las elecciones presidenciales se adelantaron al 14 de mayo de 1989 y Alfonsín renunció antes de tiempo, el 9 de julio, para ceder lugar al ganador Carlos Saúl Menem.
La debilidad electoral del radicalismo lo obligó a acordar el Pacto de Olivos con Menem, que permitió la reforma constitucional de 1994 y la posterior reelección presidencial. Para enfrentar la creciente popularidad del menemismo fue el principal impulsor de la Alianza entre la UCR y el FREPASO. Si bien al principio apoyó la unidad del gobierno de De la Rua, se fue distanciando a medida que entraba en el caos de 2001. Ese mismo año fue electo senador por la provincia de Buenos Aires, y votó la presidencia provisional de Eduardo Duhalde.
Desde entonces se dedicó a preservar su salud (sufrió un accidente automovilístico en 1999) y a bregar por la reconstrucción del radicalismo. Fue el protagonista principal del 25º aniversario del retorno a la democracia , una palabra que ya no se puede separar de su nombre . Queda como parte de su herencia, al igual que el juicio a las juntas, la ley de divorcio vincular o el reconocimiento de la deuda externa.

domingo, 29 de marzo de 2009

Francis Bacon


Francis Bacon (n. 22 de enero de 1561 – m. 9 de abril de 1626), conocido también por barón de Verulam, vizconde de San Albano, canciller de Inglaterra y célebre filósofo.

Biografía [editar]
Hijo menor de Sir
Nicholas Bacon, nombrado guardián del Gran Sello por la reina Isabel I. Su madre, Ann Cooke Bacon, segunda esposa de Sir Nicolás, era sobrina de Sir Anthony Cooke, hablaba cinco idiomas y estaba considerada como una de las mujeres más ilustradas de su época.
Aunque no se haya establecido con seguridad, hay razones para creer que Bacon recibió tutorías en su casa durante sus primeros años, y que su salud durante aquel periodo, al igual que con posterioridad, era delicada. En
1573 ingresó en el Trinity College de Cambridge a la edad de 13 años, institución en la que cursó estudios hasta 1576, periodo que pasó en compañía de su hermano mayor Anthony.
En
Cambridge, sus estudios de las diversas ciencias le llevaron a la conclusión de que los métodos empleados y los resultados obtenidos eran erróneos. Su reverencia por Aristóteles, del que, a pesar de todo, no parecía tener excesivo conocimiento, contrastaba con su desapego por la filosofía aristotélica. A su juicio, la filosofía precisaba de un verdadero propósito y nuevos métodos para alcanzar ese propósito. Con el primer germen de la idea que le consagraría, Bacon abandonó la universidad.
El
27 de junio de 1576 ambos hermanos ingresaron en de societate magistrorum y unos meses más tarde fueron destinados a Francia como agregados del embajador Sir Amyas Paulet. La situación política y social en la Francia de aquella época, durante el reinado de Enrique III, le proporcionó al joven Francis una valiosísima experiencia política al verse en la necesidad de llevar a cabo algunas comisiones diplomáticas delicadas. Aunque vivió en Poitiers, durante su estancia en el continente visitó París y las principales ciudades francesas, además de recoger informes sobre los recursos y la situación política de los diferentes países europeos, informes que se han venido publicando en sus obras bajo el título de Notes on the State of Christendom (Notas sobre el estado de la cristiandad), a pesar de que como apuntara el historiador James Spedding, el trabajo parecía ser autoría de uno de los ayudantes de su hermano Anthony.
En
1579, al conocer la muerte de su padre, Francis regresa a Inglaterra. La modestísima herencia que le deja su padre, al no poder éste cumplir el deseo de dejarle a su hijo menor en posición acomodada por sorprenderle la muerte repentinamente, obliga a Francis a adoptar una profesión que a la postre sería el derecho.
Con sus estudios en derecho,
literatura y diplomacia, Bacon aspira a conseguir un puesto político de importancia. Esto lo logra cuando Jacobo I de Inglaterra asciende al trono en 1603, el cual lo designa procurador general en 1613. Su carrera política avanza y es nombrado canciller de Inglaterra en 1618. Posteriormente, Bacon se ve envuelto en intrigas políticas que lo acusan de desprestigiar al rey, y luego en 1621 fue acusado de corrupción y maltrato a sus subordinados. Sin embargo, Bacon logra salir airoso de esta situación, acumulando una fortuna durante el ejercicio de la labor pública, con la cual se retira para ocuparse de sus estudios en filosofía y ciencias.

Obras [editar]
Se propuso ante todo reorganizar el
método de estudio científico. Percibió que el razonamiento deductivo destacaba entonces a expensas del inductivo y creyó que, eliminando toda noción preconcebida del mundo, se podía y debía estudiar al hombre y su entorno mediante observaciones detalladas y controladas, realizando generalizaciones cautelosas. Para ello, el estudio que el hombre de ciencia hace de los particulares debe realizarse mediante observaciones que deben validarse. Los científicos deben de ser ante todo escépticos y no aceptar explicaciones que no se puedan probar por la observación y la experiencia sensible (empirismo).
Los escritos de Bacon se engloban en tres categorías: filosófica, literaria y política. Sus mejores obras filosóficas son El avance del conocimiento (1605), un análisis en inglés sobre la consciencia de su propio tiempo, y Novum Organum o Indicaciones relativas a la interpretación de la naturaleza (
1620).
La filosofía de Bacon influyó en la creencia de que la gente es a la vez sierva e intérprete de la naturaleza, de que la verdad no se deriva de la autoridad y que el conocimiento es fruto ante todo de la experiencia. Se le reconoce haber aportado a la
Lógica el método experimental inductivo, ya que anteriormente se practicaba la inducción mediante la simple enumeración, es decir, extrayendo conclusiones generales de datos particulares. El método de Bacon consistió en inferir a partir del uso de la analogía, desde las características o propiedades del mayor grupo al que pertenece el dato en concreto, dejando para una posterior experiencia la corrección de los errores evidentes. Este método representó un avance fundamental en el método científico al ser muy significativo en la mejora de las hipótesis científicas.
Su Novum Organum influyó mucho en la aceptación en la ciencia de una observación y experimentación precisas. En esta obra mantenía que había que abandonar todos los prejuicios y actitudes preconcebidas, que llamó en griego eidola o ídolos, ya fueran la propiedad común de la especie debido a modos comunes de pensamiento ("
Idola tribus") o propios del individuo ("Idola especus"); ya se debieran a una dependencia excesiva del lenguaje ("Idola fori") o de la tradición ("Idola teatri"). Los principios que se plantean en Novum Organum tuvieron gran importancia en el subsiguiente desarrollo del empirismo.
Como escritor, se le debe además la creación del género ensayístico inglés. En su Nueva Atlántida ofrece la primera utopía tecnológica, donde los gobernantes serán los científicos de la "Casa de Salomón", especia de gran universidad donde se concentraría el conocimiento. Prevíó en su época grandes adelantos científicos como máquinas voladoras, submarinos y telecomunicaciones.

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Francis_Bacon

lunes, 9 de marzo de 2009

Alejandro Nevski, el santo patrono ruso


Alejandro Nevski (c. 1220-1263), héroe nacional y santo ruso. Hijo de Yaroslav Vsevolodovich, gran príncipe del Estado medieval ruso de Vladímir, Alejandro fue elegido príncipe de Nóvgorod en 1236. Cuatro años después obtuvo la victoria sobre los suecos en el río Neva, cerca de la actual ciudad de San Petersburgo, adquiriendo su apodo, Nevski (‘del Neva’). Al año siguiente dirigió su ejército de Nóvgorod contra los caballeros teutónicos, expulsándoles del suelo ruso, tras derrotarles en la batalla del lago Peipus (Estonia) en abril de 1242. Generaciones posteriores vieron esta victoria como la salvación rusa del dominio de Occidente. Cuando los mongoles invadieron Rusia desde el Este, Alejandro colaboró con ellos, actuando de mediador entre su pueblo y la Horda de Oro. En 1246 los mongoles le nombraron gran príncipe de Kíev y en 1251 le instauraron como príncipe de Vladímir, sustituyendo a su hermano Andrés. Como señor de Vladímir, Kíev, y Nóvgorod, hizo mucho por la unificación de los principados del norte de Rusia. Alejandro fue canonizado por la Iglesia ortodoxa rusa: su festividad se celebra el 12 de septiembre.




Alejandro Nevski
Alejandro Nevski, gobernante ruso y héroe nacional, derrotó a los suecos en el río Neva en 1240 (de ahí el sobrenombre de Nevski). Ya fuera mediante la fuerza o mediante pactos, mantuvo Rusia unida y libre del dominio de los invasores del Norte, el Este y el Oeste. Fue canonizado en 1547 por la Iglesia ortodoxa rusa.



Monasterio de San Alejandro Nevski:
El monasterio se llama "Laura" que significa que es la sede del mitropolita y posee de un seminario eclesiástico. Esta dedicado a Alejandro Nevski, el príncipe de Nóvgorod del siglo XIII, canonizado por la iglesia ortodoxa como santo protector de la tierra rusa. En el cementerio del monasterio fueron sepultados grandes escritores y músicos rusos del siglo XIX, como Dostoievski, Glinka, Musorgski, Borodin, Chaikovski, Rubenshtein.


Fuente: Enciclopedia Encarta 99.

www.guiaexperta.com/Alejandro%20Nevski.jpg

El Neoplatonismo


Neoplatonismo, denominación colectiva de las doctrinas filosóficas y religiosas de una escuela heterogénea de pensadores especulativos que buscó desarrollar y sintetizar las ideas metafísicas de Platón sobre todo en lo relacionado con su teoría de las formas. Esta síntesis se produjo de modo especial en Alejandría con el judaísmo helenista, ejemplificado por el filósofo Filón de Alejandría, entre otras tendencias. La doctrina conservó en esencia su carácter griego. Por extensión, el término se aplicó a teorías metafísicas similares expuestas durante la edad media, el renacimiento y en épocas modernas.
El neoplatonismo es una variante de monismo idealista para el que la realidad última del universo era lo Uno, perfecto, incognoscible e infinito. De este Uno emanan varios planos de realidad, siendo el nous (inteligencia pura) el más elevado. Del nous deriva el alma universal, cuya actividad creadora origina las almas inferiores de los seres humanos. El alma universal se concibe como una imagen del nous, del mismo modo que el nous es una imagen de lo Uno; de esta forma, tanto el nous como el alma universal, a pesar de su diferenciación, son de la misma sustancia, es decir que son consustanciales con lo Uno.
El alma universal, no obstante, al constituirse como un puente entre el nous y el mundo material, tiene la opción de preservar su integridad e imagen de perfección o bien de ser sensual y corrupta por entero. La misma elección está abierta a cada una de las almas inferiores. Cuando, por la ignorancia de su verdadera naturaleza e identidad, el alma humana experimenta un falso sentido de distancia e independencia, se vuelve presumida de un modo manifiesto y cae en hábitos sensuales y depravados. El neoplatonismo mantiene que la salvación de esa alma es posible gracias a la virtud de la libertad de la voluntad que le permitió elegir su camino de pecado. El alma debe invertir ese curso, trazando en sentido contrario los sucesivos pasos de su degeneración, hasta unirse otra vez con el origen de su ser. La reunión verdadera se consuma a través de una experiencia mística en la que el alma conoce un éxtasis total.
En un sentido doctrinal, el neoplatonismo se caracteriza por la oposición categórica que se plantea entre lo espiritual y lo carnal, elaborada a partir del dualismo platónico de idea y materia, oposición que se produce mediante la hipótesis metafísica de agentes mediadores, el nous y el alma universal, que transmiten el poder divino de lo Uno a todo, mediante una aversión al mundo de los sentidos, y por la necesidad de la liberación de una vida de sensaciones a través de una rigurosa disciplina ascética.
E
l neoplatonismo nació en Alejandría, Egipto, en el siglo II d.C. Su fundador y principal representante fue el filósofo Plotino, que nació en Egipto, estudió en Alejandría con el filósofo Ammono Saccas y, hacia el año 224, llevó la doctrina neoplatónica a Roma, donde creó una escuela. Su obra más importante Enéadas, contiene una exposición amplia de la metafísica neoplatónica. Otros importantes pensadores neoplatónicos fueron los filósofos griegos de origen sirio Porfirio y Jámblico, y el filósofo y matemático griego Proclo.
Los elementos del ascetismo y de lo no mundano en el neoplatonismo interesaron mucho a los padres y doctores de la Iglesia cristiana. El prelado cristiano, san Agustín, en sus Confesiones, reconoció la contribución del neoplatonismo al cristianismo e indicó la profunda influencia ejercida por sus doctrinas en su propio pensamiento religioso.

Fuente:
Enciclopedia Encarta 99.

La cultura Huari

A continuación, un breve texto referente a una de las culturas andinas que dominaron la región peruana antes de la aparición del Imperio Inca, la cultura Huari, que en conjunto con la de Tiahuanaco, instalada en la región boliviana, aportaron una notable influencia en las civilizaciones posteriores:

Huari o Wari, antigua ciudad sudamericana, situada en las tierras altas del sur de Perú, y capital de la denominada civilización Huari entre el 650 y el 800. Es conocida por sus construcciones, su vistosa cerámica y sus típicos y elaborados tejidos. Las civilizaciones Huari y Tiahuanaco dominaron los Andes durante el periodo comprendido entre los siglos VI y XI.
Huari se halla en las proximidades de lo que actualmente es la ciudad de Ayacucho, a unos 2.800 m sobre el nivel del mar. Tiene una extensión aproximada de 2 km2 y está formada por recintos rectangulares, dispuestos en bloques, que componen una rejilla irregular junto con las calles y caminos. Los recintos están cerrados por muros de entre 6 y 12 m de altura y contienen habitáculos que se elevan varios niveles sobre los patios abiertos. Tanto los muros como las construcciones están hechos de piedra. En las edificaciones más sofisticadas se empleaba piedra tallada y decorada.
Tiahuanaco, asentada en las tierras altas de Bolivia, comenzó a extenderse hacia la zona meridional de los Andes, mientras que Huari se expandió rápidamente para dominar la región central, desde Cuzco a Cajamarca. La construcción de estas ciudades rigurosamente planificadas (como Azángaro, Jincamocco y Pikillacta), que servían como centros administrativos provinciales en la mayoría de los territorios, permitió a la civilización Huari ejercer un control directo sobre una amplia área. Sus pobladores también construyeron numerosos canales de riego y plantaron sus cultivos en grandes bancales para obtener mejores rendimientos agrícolas.
La influencia de esta cultura puede apreciarse en la cerámica,
tejidos y otros objetos artesanales. La cerámica se caracteriza por su vistosidad y elaboración; las piezas están decoradas con dibujos de figuras humanas, pájaros, felinos y otras criaturas, e imágenes de personajes mitológicos. Dentro de la producción textil destacan las túnicas y camisas, así como tapices, sombreros, cinturones y otras prendas, muchas de las cuales están adornadas con símbolos y figuras con connotaciones rituales, similares en algunos casos a los motivos empleados en la cerámica. A pesar de su breve existencia, esta civilización tuvo una gran repercusión en las culturas andinas contemporáneas y posteriores.


Ubicación geográfica de las culturas andinas de Tiahuanaco y Huari (500- 950 d.C. aproximadamente).


Fuente: Enciclopedia Encarta 99.

domingo, 8 de marzo de 2009

8 de Marzo - Biografía de Clara Zetkin



En este Día Internacional de la Mujer, aprovecho para postear acerca de la vida de una de las impulsoras de la fijación de esta fecha (8 de Marzo) como recordatorio de la defensa de los derechos de las mujeres frente al atropello al que eran sometidas en el ámbito laboral, y como consecuencia de diversas huelgas que terminaron con muchas trabajadoras muertas:

Zetkin, Clara (1857-1933), política feminista alemana, creadora del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo). Zetkin (de soltera apellidada Eissner) nació en Wiedenau (Sajonia) el 5 de julio de 1857. Mientras estudiaba para maestra en Leipzig, se casó con un estudiante ruso, Osip Zetkin, e ingresó en el Partido Socialdemócrata en 1881, poco antes de que fuera prohibido por el gobierno de Otto von Bismarck. Después de pasar ocho años exiliada en Suiza, regresó a Alemania cuando se levantó la prohibición, en 1890, para organizar la sección femenina del partido. En 1907 ayudó a organizar la primera conferencia internacional para mujeres, y en 1910, durante la conferencia de mujeres socialistas celebrada en Copenhague, propuso la resolución que convirtió al 8 de marzo en el Día Internacional de la Mujer.
A partir de 1914, año en que Alemania entró en la I Guerra M
undial, Zetkin colaboró con su amiga Rosa Luxemburg en actividades para detener la guerra, se unió a los espartaquistas y fue encarcelada en varias ocasiones. En 1918 se convirtió en miembro del primer Comité Central del Partido Comunista, y lo representó en el Reichstag desde 1920 hasta 1932, aprovechando su última intervención para hacer un llamamiento a la unidad contra el auge de los nacionalsocialistas (nazis). Cuando éstos alcanzaron el poder en 1933, Clara Zetkin se exilió a la Unión Soviética, donde murió poco después.


Clara Zetkin con Rosa Luxemburgo, en una marcha de los espartaquistas en contra de la política llevada adelante por Alemania durante la Primera Guerra Mundial


Fuente: Enciclopedia Encarta 99.

8 de Marzo: Día Internacional de la Mujer

Hoy día, 8 de Marzo del 2009, quiero postear lo que Wikipedia tiene acerca del Día Internacional de la Mujer, como homenaje a todas aquellas mujeres que son el sostén de muchas familias, para que siempre tengan conciencia de que son seres humanos al igual que los hombres, y que tienen los mismos derechos de respetar y ser respetadas. Para ustedes, el posteo del día de hoy:

El Día Internacional de la Mujer Trabajadora o también Día Internacional de la Mujer se celebra el día 8 de marzo y está reconocido por las Naciones Unidas. En este día se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona. Es fiesta nacional en algunos países y es conmemorada por Naciones Unidas.
La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del
siglo XIX en plena revolución industrial y auge del movimiento obrero. La celebración recoge una lucha ya emprendida en la antigua Grecia por Lisístrata, quien empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra, y reflejada en la Revolución Francesa, las parisienses que pedían "libertad, igualdad y fraternidad" marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino, pero no fue hasta los primeros años del siglo XX cuando se comenzó a proclamar, desde diferentes internacionales de izquierda, la celebración de una jornada de lucha específica para la mujer y sus derechos.

Cronología

Se ofrece a continuación una breve cronología de los acontecimientos más destacados: La Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, reunida en Copenhague, proclamó el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, a propuesta de la dirigente comunista alemana Clara Zetkin, como una jornada de lucha por los derechos de las mujeres. La propuesta fue aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés.

Año 1911

Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez (el 19 de marzo) en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de un millón de personas, que exigieron para las mujeres el derecho de voto y de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
Menos de una semana después, el
25 de marzo, más de 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes italianas y judías, murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle en la ciudad de Nueva York. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos, y en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer se hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre.

Años 1913 y 1914

En el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron en vísperas de la primera guerra mundial, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente para protestar por la guerra o para solidarizarse con las demás mujeres.

Año 1917

En el año 1917como reaccion ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la [Primera Guerra Mundial], las mujeres rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de "pan y paz". Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. El resto es historia: cuatro días después el Zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Ese histórico domingo fue el 23 de febrero, según el calendario juliano utilizado entonces en Rusia, o el 8 de marzo, según el calendario gregoriano utilizado en otros países.
Desde esos primeros años, el Día Internacional de la Mujer ha adquirido una nueva dimensión mundial para las mujeres de los países desarrollados y en desarrollo. El creciente movimiento internacional de la mujer, reforzado por las Naciones Unidas mediante cuatro conferencias mundiales sobre la mujer, ha contribuido a que la conmemoración sea un punto de convergencia de las actividades coordinadas en favor de los derechos de la mujer y su participación en la vida política y económica. El Día Internacional de la Mujer es cada vez más una ocasión para reflexionar sobre los avances conseguidos, exigir cambios y celebrar los actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado una función extraordinaria en la historia de México.

El día de la mujer en el movimiento obrero

Aún con los hechos redactados en la anterior cronología, la historia más extendida sobre la conmemoración del 8 de marzo hace referencia a los hechos que sucedieron en esa fecha del año 1908, cuando murieron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York en un incendio provocado por las bombas incendiarías que les lanzaron ante la negativa de abandonar el encierro en el que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían.
También se reconoce como antecedente a las manifestaciones protagonizadas por obreras textiles el 8 de marzo de
1957, también en Nueva York.
En el estudio realizado por
Isabel Álvarez González y publicado bajo el título Los orígenes y la celebración del Día Internacional de la Mujer, 1910-1945 (KRK-Ediciones, Oviedo, 1999), el incendio que se vincula con la celebración de esta fecha no fue el 8 de marzo sino el 25 de marzo de 1911, pocos días antes de la celebración del primer Día Internacional de la Mujer, en la empresa Triangle Shirtwaist.
La manifestación a la que muchas veces se hace referencia, no habría ocurrido el 8 de marzo de 1908 ni de 1857, como muchas fuentes señalan, sino el
27 de septiembre de 1909; a partir de noviembre de 1908 según otras fuentes, en el marco de una huelga de más de trece semanas de las empleadas y empleados del sector textil realizaron en el East Side de Nueva York. Participaron más de 20.000 obreros, en su inmensa mayoría mujeres. Durante esas 13 semanas padecieron hambre, ataque de esquiroles, detenciones (más de 600), despidos... pero consiguieron las peticiones reclamadas. El 8 de marzo de 1909 se convocó una manifestación exigiendo, de nuevo, mejoras de condiciones para las mujeres emigradas y la abolición de la explotación infantil así como el derecho al voto de las mujeres.
Las historiadoras Liliane Kandel y François Picq afirman que el mito que sitúa la manifestación en el año 1857 fue creado en 1955 para eliminar el carácter comunista que más tarde adquiriría el Día Internacional de la Mujer.
Aún así, tal y como reconoce la historiadora Mari Jo Buhle en su obra Women and American Socialism 1870-1920 el incendio de la Triangle Shirtwaist Company fue de una gran transcendencia en la historia social de EE.UU. y del movimiento obrero y feminista al dar muerte a las obreras que en 1910, el año anterior al mismo, habían protagonizado la primera huelga llevada a cabo exclusivamente por mujeres en demanda de mejoras en su situación laboral.

¡¡¡¡Felicidades a todas la mujeres en su día!!!! Espero que siempre se cumplan sus sueños y annelos de un mundo mucho mejor, saludos desde La Historia y su alcance!!!!!


Fuentes
Diario
El Mundo, edición Valencia del 8 de marzo de 2002, artículo de Bernardo del Rosal Blasco.
Biblioteca de Consulta
Encarta.

http://es.wikipedia.org/wiki/Dia_Internacional_de_la_Mujer

miércoles, 4 de marzo de 2009

La historia de Mate Cosido

Hoy día quiero compartir con ustedes un informe interesante sobre la vida de Mate Cosido, uno de los bandidos rurales más famosos de la Argentina de principios del siglo XX:
Publicado en la revista Todo es Historia Nº 293, Buenos Aires, noviembre 1991
ALIAS MATE COSIDO
Hugo Chumbita

Fue el enemigo número uno de las «fuerzas vivas» del Chaco: un azote para Bunge & Born, Dreyfus, La Forestal y los grandes estancieros. Sus aventuras conmovieron a todo el país en la década de 1930. Los pobres del campo le brindaban ayuda, celebraban sus hazañas y lo convirtieron en mito. E1 Estado organizó la Gendarmería Nacional en el norte para terminar con él. No pudieron apresarlo, y su final sigue siendo un misterio.


El mismo escribió, en las postrimerías de su carrera, una memorable carta pública para justificarse: «no soy un delincuente nato (...). Soy una fabricación por las injusticias sociales que siendo muy joven ya comprendí, y por las persecuciones gratuitas de un policía inmoral y sin escrúpulos» [1].
El historiador inglés Eric J. Hobsbawm citaba, tres décadas después, el testimonio de uno de los policías que lo persiguieron, según el cual Mate Cosido fue moderado en el uso de la violencia, ayudó generosamente y nunca robó a los «buenos argentinos», sino sólo a «los cobradores de Bunge y la Clayton», es decir a las compañías extranjeras
[2].
Hay muchas razones para escribir la historia de un bandido rural, y en particular la de éste. Comencé a interesarme por él a raíz de su conexión con otro personaje célebre de las pampas del sur, Juan Bautista Vairoleto, que en aquella época atravesó el país para unirse a su banda y golpear nada menos que a La Forestal. Indagando el itinerario de ese asombroso encuentro pude constatar que detrás del episodio estaba la mano de los anarquistas, lo cual completa el cuadro y permite entender mejor el fenómeno de los bandidos populares en nuestro país
[3].
Por otra parte, en las últimas décadas la historiografía universal del bandolerismo ha ido adquiriendo nuevas dimensiones. El enfoque de cientistas sociales, ahondando el análisis de los conflictos rurales y las culturas campesinas, introdujo en esta materia una densidad teórica y polémica que es importante tener en cuenta.

La teoría del bandido social

Hobsbawm, historiador de los orígenes del capitalismo y del movimiento obrero europeo, situó a los bandoleros románticos como emergentes de la resistencia de las comunidades campesinas, a través de una elaboración teórica desde entonces ineludible [4]. Resumiendo la visión de casi un centenar de estos personajes, bajo el rótulo genérico de bandidos sociales, Hobsbawm describe en realidad tres especies: el «ladrón noble», que según la fama roba a los ricos para ayudar a los pobres; el «vengador», cuyo ejemplo es el cangaceiro brasileño, que aterroriza a los opresores demostrando que los pobres también pueden hacerse temer, y las bandas del tipo de los haiduks húngaros, que constituyen primitivas guerrillas de resistencia nacional contra el opresor extranjero. Se refiere asimismo a los cuasi-bandidos «expropiadores» –en nuestro país sería el caso de Severino di Giovanni– que adoptan los métodos del bandido social en la acción revolucionaria clandestina.
La calificación de rebeldes primitivos en la que Hobsbawm englobó a estos bandidos, junto con los movimientos milenaristas y otros, era un modo de caracterizarlos respecto a las manifestaciones de rebeldía «modernas». En su interpretación se trata de «una forma primitiva de protesta social», un fenómeno «prepolítico», propio de sociedades campesinas «profunda, tenazmente tradicionales» y de estructura precapitalista; en tiempos en que el equilibrio tradicional llega a quebrarse, los brotes de bandolerismo se agudizan. Su vigencia estaría en proporción inversa al desarrollo de las asociaciones campesinas y los partidos reformistas o revolucionarios modernos.
Algunos colegas de Hobsbawm, a partir de un trabajo de Anton Blok
[5], intentaron «desmitificar» a estos bandidos refutando que se tratara de verdaderos rebeldes y enfatizando los casos en que actuaron al servicio de caciques locales contra el interés de los campesinos. Hobsbawm replicó a Blok recordando los matices de su tratamiento del tema, que parecieran adelantarse a aquella crítica [6]. El no pretende que todos los bandidos famosos coincidan con el tipo «puro» del héroe campesino; estos personajes estaban inmersos en la vida económica y política de la época, y su supervivencia estaba a menudo ligada a un arreglo con los dueños del poder.
Hobsbawm añade argumentos convincentes para sostener su caracterización; la evidencia más fuerte de la existencia de lazos profundos entre el bandido y el campesino es la marcada distinción que la opinión pública rural hace entre los que desempeñan el rol de Robin Hood y los que no lo hacen. «Hay bandidos "buenos" y bandidos "malos", sin mencionar aquéllos acerca de los cuales la opinión pública es indiferente», y pone entonces, como ejemplo de los primeros, a Mate Cosido.
Desde nuestro punto de vista, la teoría de Hobsbawm resulta cuestionable en otro sentido. Lo que no corresponde al caso de bandidos como Mate Cosido y Vairoleto es su explicación basada en el contexto social. En las pampas del sur y del Chaco argentino a comienzos del siglo XX, no existe propiamente una comunidad campesina arcaica amenazada por el avance del capitalismo; son sociedades nuevas y heterogéneas de composición aluvional, formadas por masas de migrantes internos e inmigrantes extranjeros, en las condiciones de la colonización que impusieron las grandes empresas capitalistas. El conflicto no puede ser explicado en los términos «sociedad tradicional vs. Estado moderno»
[7].
Enfocando el fenómeno en otras regiones extraeuropeas, objeciones similares han sido planteadas por Richard White acerca de los outlaw «justicieros» del medio oeste norteamericano y por Pat O'Malley respecto a los hermanos Kelly en Australia
[8]. Sin entrar en toda la complejidad del análisis, anotemos aquí que ambos autores apuntan a formular una explicación en términos más amplios del conflicto entre la elite y las masas rurales, del cual surgen aquellos –por lo demás típicos– bandidos sociales.
Algo semejante plantea la corriente “revisionista” de la teoría hobsbawmiana, de la que se hace vocero Richard W. Slatta en las conclusiones de un libro colectivo sobre Las variedades del bandolerismo latinoamericano
[9]. Por una parte, coincide con nuestra apreciación al mostrar que las poblaciones agrarias sudamericanas presentan una gran diversidad de estructuras, alejándose del modelo de las sociedades arcaicas del Mediterráneo y Europa consideradas por Hobsbawm. Por otra parte, retomando la posición de Blok, Slatta concluye que, por debajo del mito, en estas latitudes no aparece el «bandido social» sino más bien otros que, antes que expresar la genuina rebeldía campesina, responden a los grandes terratenientes o incluso al aparato represivo estatal.
En un comentario al volumen editado por Slatta, Hobsbawm se remitió a anteriores respuestas dadas por él mismo a otras críticas, y observó escuetamente que la pregunta que había que hacerse es si existe mayor diferencia entre la realidad y el mito del bandido en América latina que en la Europa mediterránea, y por qué
[10].
La profundización de estos estudios tiene diversos caminos posibles y hay muchos interrogantes por responder. Hobsbawm iluminó los términos de la cuestión, aunque la variedad de las sociedades rurales y la compleja difusión del capitalismo en el mundo periférico no podía caber en su esquema centrado en la realidad europea. Esto sugiere un rumbo de indagación tan apasionante como la discusión para dilucidar hasta qué punto los bandidos fueron fieles a su leyenda o fueron instrumentados por ciertas elites.
A propósito, uno de los mayores desafíos es explicar las similitudes y diferencias con el mundo europeo, la «excentricidad» de un continente donde el transplante de la civilización occidental ha producido frutos paradojales. No es por cierto la menor paradoja que el debate académico actual sobre nuestros bandoleros criollos haya que leerlo en inglés.

El origen del bandolero

Vaya un punteo florido
y una milonga bien alta
para Segundo Peralta
de apodo Mate Cosido...
[11]

Segundo David Peralta, Mate Cosido, nació en Monteros, provincia de Tucumán, el 3 de marzo de 1897. Vástago de una familia humilde y numerosa, fue a la escuela primaria y trabajó en una imprenta siguiendo el oficio de su padre, hasta que empezó a tener problemas con la autoridad. Era un muchacho esmirriado, de tez blanca y cabello castaño, labios finos y orejas grandes, de 1,65 metros de estatura. Su apodo Mate Cosido se debía, al parecer, a una cicatriz cortante que ostentaba en la frente [12].
Se cuenta que un policía lo persiguió a raíz de cierta rivalidad por una mujer. El hecho es que lo detuvieron por primera vez en Tucumán en octubre de 1918, acusado por un robo, cuando tenía 21 años. Fue sentenciado a seis meses de prisión en suspenso por falta de antecedentes, pero poco después lo detuvieron nuevamente y le aplicaron una condena de nueve meses y medio por hurto. A partir de entonces la policía no dejaría de perseguirlo, con o sin motivo, y deambuló por varias provincias hasta que decidió marcharse al Chaco.
Es interesante constatar entonces que no era chaqueño, ni tampoco de origen campesino, sino que encontró un medio propicio en la zona rural del Chaco. Allí «se echó al monte» –momento crucial en la carrera del bandolero– o, en términos de la tradición autóctona, «se hizo gaucho»:

Esta es la historia
de un gaucho bueno
que su destino lo castigó
hiriendo en su alma de tucumano
la dura espina que lo desvió.
[13]

Había intentado establecerse en Córdoba, pero lo detuvieron, se fue, volvió y en 1924, tras resistir un arresto, lo condenaron a dos años, de los cuales cumplió poco más de año y medio en prisión. Regresó a Tucumán, viajó a Santiago del Estero y a Corrientes, y en cada lugar se repetía su detención por la policía hasta que intervenían los jueces poniéndolo en libertad.
«Muchas veces intenté rehacer mi vida y volver al camino que un día me descarrilé. ¡Vano intento! Caerá en un craso error y pecará de utopista aquel que crea que es posible realizarlo donde la policía conozca sus antecedentes, lo primero que hacen es quererlo conquistar como delator, si no acepta vienen las persecuciones (...)»
[14]
Ese hostigamiento determinó que abandonara Tucumán para ir al Chaco en 1926, año en que falleció su padre. Existe la versión, de fuentes policiales, de que tuvo que marcharse «a raíz de su intervención en una huelga»
[15]. Recordando la frase que citamos de su carta, donde se consideraba producto de «injusticias sociales que siendo muy joven ya comprendí», cabe presumir un temprano contacto con la agitación y las ideas proletarias de esa época.
En el Chaco se juntó con Antonio Rossi, el Calabrés, perpetraron una serie de robos y hurtos, y fueron apresados en 1926. A Peralta lo extraditaron desde el Paraguay, y a Rossi lo detuvieron en Misiones. Fueron condenados y cumplieron poco más de cinco años en prisión.
«Allá por 1931, después de haber salido de la cárcel de Resistencia, me dirigí a Tucumán a abrazar a mi madre. Un día mi pobre vieja, entre lágrimas y sollozos, me pedía que rehiciera mi vida y retornara al trabajo, le dije que no era fácil realizar lo que me pedía y le describí los obstáculos con que iba a tropezar(...)»
Sin embargo, sigue narrando Mate Cosido, lo intentó, con el apoyo de un abogado de prestigio, aunque no era fácil por la desocupación que «asediaba la provincia» y por sus antecedentes. Si bien «salía lo menos posible de mi casa para no darle oportunidad a la policía a molestarme», los «sabuesos» desconfiaban diciendo que no era más que una treta, y al fin el jefe de investigaciones «ordenó mi detención en reiteradas ocasiones en averiguaciones de robos». Careciendo de pruebas, tuvieron que dejarlo en libertad, «pero yo no estaba dispuesto a seguir soportando este estado de cosas» y al fin fue su propia madre la que le dijo: «aunque es grande mi dolor de madre, mi hijo, debes irte de mi lado y de Tucumán. Yo sé que contigo se va la mitad de mi existencia, y agregó: aún a costa de toda mi vida no permitiré que esos esbirros sigan jugando con tu libertad (...). Ese mismo día preparé un reducido equipaje, y al siguiente me marché rumbo al Chaco. Rumiaba ya a mi partida un plan de desquite y en el viaje lo completé (sería asaltante) ya que la policía no me dejaba otra alternativa iba a vengar las lágrimas de mi madre con otras lágrimas».

El Chaco

Así fue como Mate Cosido se dirigió a Presidencia Sáenz Peña, donde se relacionó con una criolla buena moza, Herminia Carneiro, que lo acompañaría en posteriores aventuras. Allí también recompuso la banda con Rossi y con Eusebio Zamacola, un vasco español vinculado al anarquismo, del cual se recuerda que fue contrabandista [16]. Sus andanzas comenzaron a adquirir notoriedad concitando la admiración popular:

Formó su trío de bandoleros
con Zamacola y el Calabrés
y en los poblados y en los senderos
fueron temidos yaguareté.
[17]

¿Por qué el Chaco? El escenario que escogió Mate Cosido era un área fronteriza, un territorio agreste en proceso de colonización. La «conquista» se realizó a partir de la expedición del general Victorica en 1884, con la ocupación del litoral, y otra operación militar de 1911 permitió ocupar la zona centro-oeste. A diferencia de la campaña de exterminio de los aborígenes que ejecutó Roca en el sur, en el Chaco se practicó la «reducción». No por contemplaciones humanitarias, sino porque, como explicara el mismo Victorica, «estas tribus proporcionarán brazos baratos a la industria azucarera y a los obrajes de madera» [18].
Miles de tobas, matacos, mocovíes y vilelas fueron forzados a fincarse en reservas y trabajar como peones. En 1904 se estableció La Forestal del Chaco, subsidiaría de un emporio de capital inglés que apropió millones de hectáreas y ocupó miles de jornaleros, imponiendo un régimen casi feudal en sus dominios; dedicada a la extracción del tanino, sus explotaciones devastarían en pocas décadas el tesoro milenario de los quebrachales
[19].
En la década de 1920, cuando nuestros bandoleros aparecieron en el Chaco, se estaba difundiendo en la región central el cultivo algodonero, que atraía como colonos un aluvión de inmigrantes italianos, polacos y de otras nacionalidades. La carpida de tierras y la cosecha del algodón requería también mucha fuerza de trabajo estacional, que proveían los indígenas y braceros de las provincias vecinas.
En aquel medio, ciertos conflictos rurales eclosionaron por vías que, siguiendo a Hobsbawm, pueden verse como formas de «rebeldía primitiva». Las secuelas del violento sometimiento de los indios se prolongaban en los años veinte y treinta. En 1924 varios líderes «mesiánicos» promovieron un movimiento milenarista en la colonia Napalpí, y la protesta por una quita en el precio del algodón –que la administración gubernamental compraba a los aborígenes– derivó en «huelga general»: los indios se negaron a trabajar para los blancos, y fueron aplastados mediante una terrible masacre. En 1933 el fenómeno se reprodujo en las colonias El Zapallar y Pampa del Indio, también conducido por chamanes con una ideología milenarista
[20].
Paralelamente, en los establecimientos fabriles de La Forestal, los obreros anarco-socialistas que ocupaban los puestos más especializados desarrollaron una organización sindical, incluso con prensa propia, y desafiaron la omnipotencia patronal con reivindicaciones sociales de forma más «moderna» que recibieron, sin embargo, la misma respuesta: la represión a sangre y fuego
[21].
La banda de Mate Cosido encontró refugio seguro en la zona central del Chaco, en los ranchos de los colonos pobres, entre los obreros de las hachadas y en la selva habitada por campesinos miserables de origen indígena. Los bandidos repartían generosas «propinas» entre sus amigos, simpatizantes y encubridores sus «adictos» –les llamaría Peralta–, pero sobre todo aparecían ante ellos como el brazo vengador contra la injusticia.
Acerca de la «leyenda sobre la transferencia de riquezas» de ricos a pobres, Hobsbawm cita anécdotas idénticas atribuidas a Jesse James y a Mate Cosido, que los presentan facilitando dinero a gente humilde para pagar deudas a sus acreedores, a los cuales atracan después para recuperar el dinero
[22].
Conociendo proezas semejantes de Vairoletto sobre las que existe evidencia documental, no debemos descartar su veracidad. En cualquier caso, reales o imaginarios, estos hechos se atribuyen naturalmente a quien la gente distingue como «buen bandido».
No cabe duda de que la banda de Mate Cosido llegó a contar con la tolerancia y complicidad de mucha gente, incluso algunos cuadros de la policía territoriana. Por otro lado, dadas las relaciones de Peralta y Zamacola con militantes ácratas, se presume que actuaron a veces de común acuerdo, aprovechando su inserción entre los trabajadores de las empresas. En varios asaltos a las grandes compañías parece evidente que contaban con datos precisos sobre la localización y movimientos de dinero que sólo pudieron conocer por medio de los empleados
[23].

Datos del prontuario

Allá por 1933 Mate Cosido asumió más claramente la jefatura de la pandilla, después que Zamacola fue capturado. Parece que el vasco tuvo la mala suerte de caer en un pozo, tras el asalto a una farmacia en Sáenz Peña. La policía lo apresó y durante un par de años la banda actuó sin él [24].
En julio de 1933 Mate Cosido y dos compinches asaltaron un tren de pasajeros en marcha, cerca de Avia Terai, despojando de 9000 pesos al pagador de una acopiadora. En abril de 1934, el atraco a un comercio en Villa Angela culminó de manera trágica: el dueño, Dámaso Martínez, se resistió y cayó herido de muerte en el tiroteo; su mujer siguió disparando y baleó al Calabrés, quien falleció estando ya detenido. Fue el comienzo de una mala racha, ya que en los meses siguientes les fallaron otros dos intentos.
En junio de 1935, camino a Pampa del Infierno, el automóvil de un pagador de Bunge & Born fue interceptado por los bandidos, que le robaron 6000 pesos. La policía los alcanzó poco después en un rancho cerca de Campo Largo, de donde lograron escapar hiriendo de gravedad a un agente.
«Yo llevo a la práctica dos normas de conducta, la 1a evitar la violencia todo lo que sea posible, dentro de mi realidad, para alejar toda posibilidad de homicidios y comentarios desfavorables, desprestigiándome a mí y a los camaradas que me acompañan, y esta otra: extremarlas energías en el combate forzoso cuando se trata de defender la libertad o eliminar algún delator»
[25].
En julio de 1936 la banda se trepó a un tren que salía de Concepción del Bermejo, apoderándose de unos 12.000 pesos que llevaba un pagador de Anderson, Clayton & Cía., y algo más que recaudaron entre otros pasajeros. El 6 de agosto siguiente coparon una oficina de la firma Dreyfus en Machagai y se llevaron de la caja fuerte nada menos que 45.000 pesos, dejando intactos los sobres con los salarios para el personal.
No resulta casual que siete días después entrara al Congreso el proyecto de creación de la Gendarmería Nacional, con una recomendación de urgencia que firmaba el presidente, general Agustín P. Justo. Este cuerpo policial militarizado se concebía como el instrumento más apropiado para acabar con el bandidaje chaqueño.
Mientras la policía redoblaba los esfuerzos batiendo la zona habitual de sus correrías, Mate Cosido y los suyos se tornaron un prudente descanso. En febrero de 1937, con ayuda de un hermano, Peralta compró una quinta cerca de Ferreyra, a pocos kilómetros de la ciudad de Córdoba, que hizo fortificar con rejas por todas partes. Zamacola adquirió otra no lejos de allí, camino a Los Filtros Nuevos, y ambos organizaron de tal modo su «retaguardia» previendo un futuro retiro. Peralta había tenido un hijo con Ramona Romano, una hermosa joven a quien llevó a ocupar la casona en Ferreyra; con frecuencia volvería a visitarla, a ella y al chico, por quien se dice que sentía verdadera devoción.
En agosto de ese año Mate Cosido volvió a dar otros golpes en la zona central del Chaco. Fue en aquellos días que algunos de sus secuaces, tramando desvalijar un tren, mataron a un joven chofer de apellido Borelli que se resistía a conducirlos a General Pinedo; la policía frustró el asalto, y en el sumario del caso se le atribuyó el crimen.
«…a veces también aparezco envuelto en hechos que distan mucho de coincidir con mi manera de proceder, estos son platos preparados en la cocina policial, presentados al público y a la prensa en bandeja, estos manjares están condimentados con el arte culinario de la picana eléctrica. (...) ¿Por qué iba a dar muerte a Borelli? (...) ¿Por robarle el auto? Para apoderarme de un auto que me venga en gana no preciso recurrir a esos extremos que siempre me será perjudicial, eso puede hacer un delincuente que mire muy cerca, de instintos muy bajos, pero yo trato en todos los casos de dejar lo menos posible un saldo desfavorable ante la opinión pública, el camino trillado quiero que quede lo más limpio posible.»
Los secuaces de Mate Cosido no tenían a veces los mismos escrúpulos. En cierto festejo, después del saqueo a un comercio en Gancedo, uno de los miembros de la gavilla llamado Malatesta mató a otro, Pedro Cardozo. Dicen que Peralta excluyó al asesino de la banda, dándole una cita a la que nunca acudió.
A fines de 1937 la banda puso en práctica otra modalidad delictiva. Detuvieron a un rico vecino de Presidencia De la Plaza que viajaba en auto con su esposa, le quitaron 1000 pesos y se llevaron a la mujer, por la cual tres días después obtuvieron 4000 como rescate.
En esos días, las fuerzas vivas del Chaco eran recibidas en audiencia por el presidente Justo, a quien presentaron un memorial cumpliendo el mandato de una asamblea promovida por la Cámara de Comercio e Industria del Territorio. El documento clamaba contra la impunidad de «varias bandas de gente de mal vivir, que actúan desde hace tiempo» creando un clima de inseguridad para las personas y para «muchos millones de pesos invertidos en industrias activas, comerciales y dedicadas a la explotación forestal, ganadera y agrícola». La policía, según el texto, no podía atender con 500 hombres una población de casi 300.000 habitantes diseminada en 99.066 kilómetros cuadrados. El reclamo implícito era la creación de la Gendarmería
[26].
Fue entonces cuando apareció Vairoleto el Pampeano, junto a Mate Cosido, atacando a La Forestal.

La conexión con Vairoleto

Hay por lo menos dos versiones que coinciden en situar el primer encuentro de los bandoleros en Buenos Aires, más precisamente en Barracas, y ambas señalan la mediación de los anarquistas. Una, transmitida a Humberto Costantini por viejos militantes libertarios:

Sé que una vez se encontraron
en casa de una polaca,
Fue en el barrio de Barracas
y a la hora de la siesta
que hablaron de Malatesta,
de Bakunin, del Lampiao...
[27]

El encuentro en casa de la polaca –presuntamente un prostíbulo– no desdice otro testimonio sobre la reunión que tuvo lugar en un sitio más curioso: la sede o templo masónico de la logia Hijos del Trabajo, en la calle San Antonio 814, cuya fachada tiene inscripta hasta hoy esa leyenda y los símbolos de la orden –escuadra y compás, triángulos y ojos radiantes– en la mampostería y la puerta. En ese antro, donde hay un impresionante salón ornamentado para las ceremonias rituales y una biblioteca, Agustín Nasso –sindicalista de la FORA, cuyo padre era casero de la logia– fue testigo presencial de la entrevista [28]. Ambos hombres se contaron sus respectivas historias y su manera de pensar, en una charla de varias horas presidida por un maestro de la logia. Vairoleto «quedó deslumbrado por el firme ideario ácrata de su interlocutor», y «finalmente decidió trasladarse hasta el Chaco» con algunos otros secuaces. A Peralta lo acompañaba, al parecer, el boliviano Tata Miño, uno de sus renombrados compinches, quien habría sido «el que más insistió por la unión de los bandidos». Al cabo, los concurrentes bebieron brindando «por la unión, por la anarquía y por el reparto de las tierras entre los chacareros».
Se deduce que aquella logia, fundada en 1882 en una barriada obrera, estuvo vinculada, infiltrada o cobijada en la década del treinta por los anarquistas, cuyas organizaciones habían sido golpeadas duramente por la represión. Hobsbawm señala la frecuencia de este tipo de entrelazamientos en su estudio sobre los rebeldes primitivos
[29].
Vairoleto se había relacionado con los anarquistas a través de un militante ácrata –conectado con el grupo porteño del periódico La Antorcha– con quien emprendieron en 1930 una quijotesca conspiración en el oeste pampeano
[30]. Esta vez, el propósito de los anarquistas habría sido reunir a los dos famosos bandidos instigándolos a ejercer una suerte de represalia contra la odiada Forestal del Chaco.
¿Cómo fue la relación personal entre estos bandoleros? Eran de la misma edad, Vairoleto un par de años mayor. Tenían muchos rasgos en común; su carácter reflexivo y una probada astucia, experiencias de vida e ideas sociales semejantes. Sin embargo, Mate Cosido era más cerebral, su carrera y sus atracos mucho más calculados y ambiciosos. Vairoleto robaba para ir tirando, repartía y se conformaba con poco, amaba la vida sencilla del campo, a cielo abierto. Peralta invertía el dinero previendo su retiro, prefería andar en automóvil y dormir bajo techo. Sin embargo, quizás podían complementarse bien:

que algo habría en el varón
si se ganó el corazón
de Bautista Vairoleto.
[31]

Contra La Forestal


El viaje de Vairoleto al Chaco fue preparado cuidadosamente. En diciembre de 1937 tomó el tren a Resistencia en compañía de tres hombres, uno de ellos el “Tucuta” Pedro González y otro el “Negro” Ramón Rodríguez. La policía lo sabía, e incluso manejaba el dato de que portaba un documento de identidad fraguado. En Vera, al norte de Santa Fe –una zona notoriamente controlada por La Forestal– los estaban esperando. Ello pone en evidencia que desde el comienzo hubo alguna filtración entre los completados.
Al llegara la estación Vera, los viajeros advirtieron la trampa y se descolgaron del tren tiroteando a los agentes. Huyeron, en sulky, a pie, nuevamente en ferrocarril, hasta Resistencia. Allí los aguardaba Recarte Sánchez, otro protagonista clave que jugaría un papel complejo y ambiguo en este capítulo de nuestra historia; patrocinante, entregador y correo de los bandidos, pero quizás también confidente de la autoridad. El llevó a los recién llegados en automóvil a un lugar del monte, donde los recibieron Mate Cosido y Zamacola
[32].

...y sé que en esa ocasión
Vairoleto el perseguido
se juntó a Mate Cosido
y que en unión fraternal
se hicieron «La Forestal»...
[33]

Zamacola no fue de la partida. En una visita a Córdoba, en marzo de 1938, la policía lo localizó, lo cercaron en su quinta y fue detenido. Encarcelado por largos años, ya no volvería a participar en las aventuras de la banda.
En base a información proporcionada por Recarte Sánchez, el 30 de marzo la banda de Mate Cosido, presumiblemente engrosada por Vairoleto, interceptó los automóviles en que viajaba con su custodia el gerente de Quebrachales Fusionados, una subsidiaria de La Forestal. Se alzaron así con 13.000 pesos que acababan de ser retirados de la sucursal del Banco Nación en Resistencia.
Peralta y Vairoleto discutieron el siguiente golpe contra La Forestal y al parecer no se pusieron de acuerdo. Aunque el que lo encabezó fue el pampeano, con sus compañeros González y Rodríguez, participaron varios secuaces de Mate Cosido: Ernesto y Lorenzo Chazarreta, el Alemancito Fizt, Ernesto Montenegro, Manuel Delgado, e incluso se mencionó como implicado a Marcelino, hermano menor de Peralta a quien llamaban «Mate Cosido chico». El entregador o informante de los datos de la empresa fue nuevamente Recarte Sánchez.
A las diez de la noche del 10 de mayo de 1938, los bandidos rodearon el establecimiento que tenía La Forestal en el paraje Kilómetro 25, pero fueron repelidos y en el tiroteo que se produjo murió el mayordomo Oscar Mieres.
Luego de aquel episodio desafortunado, Vairoleto llegó a la conclusión de que estaban siendo «vendidos» por alguien, y sus relaciones con Peralta se resintieron. Algunos partícipes del asalto fueron detenidos, y en el sumario policial cargaron el crimen en la cuenta de Mate Cosido,
«Otro regalito es la muerte del mayordomo Mieres; mi acusador Manuel Delgado (...) sabe bien quiénes son los verdaderos autores, y sí usó mi nombre es para salvar a sus compañeros y tal vez violentado por la policía»
[34].
Decepcionado, Vairoleto se volvió al sur. Era el fin de sus aventuras, y el comienzo de otra leyenda:

De aquella yunta de lujo
el Chaco guarda memoria,
y va creciendo una historia
que no tapará el olvido:
dos valientes (dos bandidos
según los diarios porteños)
que atracaban a los dueños
de tierras y quebrachales
para remediar los males
de tanto pobre chaqueño”.
[35]

La Gendarmería tiende el cerco

La ley de creación de la Gendarmería se sancionó dos meses después del asalto a La Forestal, y casi inmediatamente se decidió organizar la Inspección Norte en el Chaco, aunque sus cuarteles se instalaron recién al año siguiente. Mate Cosido tuvo tiempo de dar varios golpes más entre 1938 y 1939, actuando en compañía de su hermano Marcelino, el Tata Miño, Pío Tanicho Domínguez, Andrés Chazarreta, Ismael García y otros.
En esta época reincidió con los secuestros extorsivos, perfeccionando el método y cuidando de brindar un trato irreprochable a los rehenes. En octubre de 1938 atraparon a un comerciante de Quitilipi, Gabardini, que iba en auto con su familia. A cambio de un cheque por 12.500 pesos dejaron ir a su esposa e hija, y lo retuvieron hasta el día siguiente para obtener una suma equivalente: conforme a las instrucciones impartidas, dos empleados suyos arrojaron el dinero desde un tren en marcha al ver cierta señal luminosa. Días después, varios miembros de la banda fueron sorprendidos por la policía en el monte y Chazarreta fue ultimado. Parece que habían sido delatados por un tal Block, a quien una semana más tarde ejecutaron en represalia.
En abril de 1939, camino a Sáenz Peña, detuvieron el auto de Amador López y lo dejaron marchar reteniendo a su hija; para rescatarla el hombre pagó una semana después 15.000 pesos mediante el mismo procedimiento de arrojarlos desde un tren nocturno en marcha. A mediados de ese año atracaron un comercio y también a un pagador de –otra vez– la firma Anderson & Clayton.
Pero ya la Gendarmería comenzaba a instalarse en la zona central del Chaco. Para las tareas de «inteligencia» se creó una Sección Especial que encabezó el auxiliar Guillermo Solveyra Casares: su objetivo principal, el hombre a quien ficharon en el prontuario número 1, se llamaba Mate Cosido. A Vairoleto lo registraron con el número 7
[36]. Simultáneamente se designó jefe de Policía del Territorio al teniente coronel (R) Alberto Saravia, con la misión de reorganizar los cuadros.
Gendarmes vestidos de paisano comenzaron a internarse en los bosques buscando información. Se difundió profusamente un bando que ofrecía recompensa por la captura de Mate Cosido. En meses de fatigoso empeño lograron escaso resultado: los pobladores del monte callaban, e informaban de sus movimientos a los bandidos.
«Estoy enterado de la oferta de dos mil pesos que la Gendarmería promete por mi captura, pobre recurso de fracasados, eso es lo mismo que hacer confesión de incompetencia, lástima que mi detención haya sido cotizada tan a bajo precio, yo creía que a estas horas mi vida valía mucho más. Mis amigos chaqueños se ríen de la oferta y yo confiado duermo a veces en sus hogares, en la certeza que no seré vendido así nomás, algunas veces charlan conmigo al respecto y vierten opiniones, unos critican la bonita moral que quieren enseñar al pueblo, ser un traidor»
[37].
Un logro de los gendarmes fue la localización casual de Ismael García, que huyó y luego fue encontrado muerto en el monte. Solveyra comenzó a estrechar el cerco, detectando a algunos antiguos protectores de la banda de quienes obtuvo confidencias, como el estanciero Maumary. También se dijo que suministró información el propio Recarte Sánchez
[38].
A fines de 1939 Mate Cosido dio el último golpe. En vísperas de Navidad secuestró en una ruta a Jacinto Berzón, encargado de la estancia de la sucesión Furken. Esta vez, el pedido de rescate lo hizo Mate Cosido de puño y letra: «exigimos los 50.000 pesos o la vida de su hermano, quien pasará a alimentar a los cuervos», decía la carta que recibió María Berzón. El texto impartía precisas instrucciones para arrojar el dinero desde un tren el 7 de enero, según el método que ya era de práctica. Resaltaba también en aquellas líneas la suficiencia del bandido y su menosprecio por las fuerzas de seguridad: «Ya han transcurrido ocho días desde el secuestro, y la policía ni el polvo nos ha visto ni verá. (...) El jefe de la Gendarmería y sus satélites no sirven más que para torturar a gente de trabajo e indefensa».
Los familiares hicieron conocer la carta a la policía, y por otra parte el encargado de custodiar al prisionero, Julio Centurión, temió ser descubierto y fue convencido por Berzón de que le convenía entregarse y denunciar a sus compinches:

Pero fue un día
allá en el Chaco
que un compañero lo delató...
[39]

La gendarmería preparó entonces dos emboscadas. La noche del 7 de enero, saliendo el tren de Villa Berthet, los bandidos hicieron la señal con una linterna, y el paquete simulando contener el dinero fue arrojado por una ventanilla. Cuando Mate Cosido y sus compañeros se acercaron a recogerlo, una bomba luminosa destelló en el cielo y los gendarmes los tirotearon desde el tren. Peralta recibió un tiro en la cadera, y se salvó providencialmente de ser barrido con una ametralladora situada en un vagón abierto, cuyo mecanismo estaba trabado (parece que en el apuro olvidaron quitarle el seguro).
La segunda emboscada, en el rancho del monte donde habían dejado al prisionero, también falló. Mate Cosido advirtió algo y volvió sobre sus pasos. Cuando los gendarmes abrieron fuego ya era tarde.

... y desde entonces Mate Cosido
huyó a la selva, nunca volvió.
[40]

El último rastro

A pesar de la intensa batida de policías y gendarmes, no fue posible encontrar el rastro de Mate Cosido. Entretanto su caso adquiría gran resonancia en la prensa nacional, y el director del periódico ilustrado Ahora, que venía publicando una serie de notas sobre la historia, recibió una carta del mismo bandolero fechada en el Chaco en marzo de 1940 [41]:
«Estoy siguiendo paso a paso la lectura de Ahora en lo que a mí se refiere, y en capítulos veo conceptos elogiosos de mi proceder con secuestrados, y le agradezco sinceramente, ya que esa información no es errónea».
Luego de otros párrafos que hemos citado, el texto de aquel notable «manifiesto» prosigue con sugestivas reflexiones:
«Poco a poco he llegado a la situación en que me debato. Hoy vivo en plena selva y ella con sus asperezas no ha conseguido absorberme del todo; aún me quedan vestigios de mis mejores tiempos y no me queda otra alternativa que seguir trillando la escabrosa senda de mi vida, aunque sea dando tumbos con mi suerte (...). El comandante de Gendarmería en el Chaco, capitán Leopoldo Moreno, manifestó que prácticamente estoy abatido. La contestación la dejo trunca, para que el futuro establezca quién tiene razón; y aunque logre eliminarme, no será ninguna gloria para él. Si mi captura se realizase a base de perseverancia, con astucia que demuestre una inteligencia superior, podría ser un galardón que adornaría su triunfo; pero desgraciadamente no es así».
El periódico hizo constar que omitía los párrafos siguientes, donde el bandido denunciaba los procedimientos de sus perseguidores para arrancar confesiones. Luego se refería a los amigos del pueblo chaqueño que les testimoniaban su solidaridad a pesar del bando de captura de la Gendarmería: «otros gritan frenéticamente guerra al bando, los hinchas más furiosos me piden que extreme la lucha, y al verlos tan adictos a mí y dispuestos a servirme en cualquier trance, todo mi ser rebosa de agradecimiento; dentro del ambiente en que me debato, tengo momentos amargos y felices».
En ciertos párrafos desafiantes, Mate Cosido parece anunciar la prosecución de sus andanzas. Sin embargo, éste sería su testamento como bandolero.
La Sección Especial de Gendarmería había detectado la relación de Peralta con su hermano Patricio y con su concubina Ramona Romano, ambos radicados en Córdoba. Apareció entonces una carta firmada por Ramona, dirigida al director de Gendarmería, en la que prometía informar lo que sabía sobre la banda, lamentando que pudieran caer humildes obreros metidos en esto por necesidad. Sugestivamente, la acusación más concreta se refiere a los entonces comisarios de policía de Charata y Villa Berthet como encubridores, y al ex comisario de Villa Angela, Leopoldo Montenegro, como entregador y «socio» del bandido
[42].
A Patricio Peralta lo detuvieron en secreto y le arrancaron los datos que llevaron a Solveyra Casares hasta Añatuya, a la casa del «turco» Fagalli o Fagoli, donde junto al suboficial Salomón se hicieron pasar por amigos en busca de Mate Cosido. Efectivamente, el hombre había pasado por allí, haciéndose curar por el farmacéutico del pueblo, y los gendarmes hallaron algunas prendas suyas ensangrentadas. Mate Cosido habría dejado un poder al turco para que se pudiera vender la quinta de Córdoba, con instrucciones de repartir el dinero entre su hermano, Ramona y el niño. El otro hermano, Marcelino, fue detenido y cuentan que lo mataron en la cárcel de Resistencia en un intento de fuga fraguado.
En mayo de 1941, a raíz de una denuncia confidencial, Solveyra viajó al Paraguay y comprobó que Peralta andaba por allí: el teniente Juan Virgilio Ríos, un militar paraguayo que estuvo exiliado en Argentina, tenía una deuda de gratitud con él y lo había acogido en Asunción. Hernán Díaz Pérez, otro ex exiliado, hijo de un prestigioso profesor español de la Universidad de Asunción, se había encontrado con el prófugo en abril en un prostíbulo de Yuto (Jujuy), donde se hicieron amigos, y por su intermedio Peralta recibió dinero de Argentina enviado por sus familiares. Solveyra se entrevistó con el presidente de la República, Moriñigo, y con su apoyo siguió el rastro de Mate Cosido por el interior del país, desde Luque hasta Villarica, sin poder darle alcance
[43].
Policías y gendarmes se mantuvieron alerta un tiempo esperando que el bandido se pusiera en contacto con su familia. Todo fue infructuoso. Se lo dio por muerto o reaparecido muchas veces. Versiones imposibles de comprobar dicen que vivió en Rosario, que fue cacique local del peronismo en Santa Fe, o que vivía de rentas en el Paraguay, y también que formó una familia radicado en el interior de Tucumán, donde envejeció rodeado de hijos y murió de cáncer en su cama
[44].

Conclusiones

No parece casual que estos bandoleros desaparecieran de escena a comienzos de la década de 1940. Vairoleto fue ultimado en Mendoza en 1941. Zamacola, indultado en 1945, había estudiado en la cárcel y rehizo su vida como activista en los sindicatos agrarios del Chaco, llegando a convertirse en un respetado y próspero empresario. La industrialización modernizó el país y el peronismo mejoró la situación de las clases populares. El bandolerismo parecía haber sido erradicado.
Sin embargo, el fenómeno reapareció en la misma región veinte años después con las andanzas de Isidro Velázquez. He aquí de nuevo al «buen bandido» admirado y apoyado por los pobres del campo, que tuvo en jaque a la policía de 1961 a 1967, y cuyo mito aún circula en boca y guitarras de sus paisanos. Un libro de Roberto Carri lo sitúa como epígono de Mate Cosido y sugiere otros antecedentes nacionales, desde el «gaucho malo» que retrató Sarmiento hasta el Martín Fierro de Hernández
[45].
La historia de los bandidos populares argentinos en las décadas de 1920 y 1930, e incluso en los sesenta, corrobora el tipo descripto por Hobsbawm. Aquí aparece el «bandido de los pobres» que no encuentran los «revisionistas» norteamericanos, y no advertimos mayor distancia entre mito y realidad que en el medio europeo. Es de lamentar que Slatta, autor de un exhaustivo estudio sobre los gauchos en la pampa bonaerense del siglo XIX
[46], extrajera conclusiones sobre el bandolerismo latinoamericano ignorando a nuestros Robin Hood del siglo XX. Sin embargo, la explicación de Hobsbawm no cierra en nuestro caso, ya que el contexto no es una comunidad campesina tradicional. Si bien el centro del Chaco fue una zona de frontera con elementos culturales «arcaicos», aquella teoría es insuficiente para dar cuenta de la vigencia del fenómeno en toda la región, prácticamente hasta nuestros días.
Mate Cosido (y Zamacola, Vairoleto, Velázquez, etc.) demuestran que el bandolero popular puede aparecer también en medios rurales heterogéneos, donde se identifica simbólicamente con los estratos sociales más bajos. La condición de posibilidad del fenómeno es un conflicto social «crónico» –utilizando un concepto de Pat O'Malley
[47]– de suficiente entidad para que pueda configurarse cierta solidaridad de las capas populares frente al poder.
¿Cómo podía darse esta condición en los Territorios Nacionales recién poblados de la década de 1920? Creo que es fundamental considerar la profunda impronta gauchesca en la cultura popular, que establece una continuidad entre los trabajadores rurales de este siglo y los del pasado. A pesar de ser un ex obrero gráfico, Mate Cosido era visto como un gaucho. La vigencia del código gauchesco –un ideal de vida cuyos valores son la insumisión, la generosidad, el valor– marca el comportamiento que la sociedad rural le reclamaba, y cuando él se conformó al arquetipo fue reconocido y convertido en héroe popular.
Nuestros bandidos no emergen de una sociedad tradicional, pero hay una tradición que facilita o provee sustento cultural a su desafío contra el poder «civilizador». Ellos siguen encarnando los valores de una clase social y una forma de vida ya extinguidas, las de los gauchos, cuya memoria aún da sentido a la rebeldía de los pobres del campo.

Y atiendan la relación
que hace un gaucho perseguido
que padre y marido ha sido
empeñoso y diligente,
y sin embargo la gente
lo tiene por un bandido.
[48]

De todas maneras, cabe preguntarse por qué los campesinos pobres asumen esa tradición justificando a sus héroes, por qué en definitiva resisten los valores del sistema dominante, y por qué eso ha podido seguir ocurriendo hasta hace poco.
En la Europa del Mediterráneo de los últimos siglos, la contradicción que eclosionó era la de los pueblos campesinos antiguos atenazados por el desarrollo del Estado capitalista. En otras áreas de expansión del capitalismo, como Australia o los Estados Unidos del siglo XIX, aparece en primer plano la lucha por la tierra, combinada a veces con factores de conflicto étnico o regional. En los países sudamericanos podemos observar en el trasfondo una remota analogía con la resistencia del campesinado tradicional europeo: los sectores populares de las zonas rurales enfrentan un poder «exterior», un aparato estatal perceptible como ajeno y amenazante para ellos.
La ley, la policía, la autoridad formal, representan intereses extraños, están subordinadas al mantenimiento de un orden que tiene su centro en otro sitio. En el Chaco esa dualidad colonial era ostensible en la dictadura de las compañías extranjeras, la dependencia de los mercados internacionales, el maltrato a las masas indígenas o mestizas sin la mediación de una auténtica clase dirigente local y sin un régimen político legitimado por el consenso. La época del peronismo cambió el escenario, pero en la década del sesenta los desajustes económicos y políticos recrearon las condiciones de marginación social y crisis de la autoridad en las que emergió nuevamente el bandido mítico. Por supuesto, se trata de hipótesis sobre un tema que requiere ser mejor investigado (convendría que historiadores y antropólogos argentinos no delegaran toda la tarea a los latinoamericanistas visitantes).
La tesis «evolucionista» de Hobsbawm, según la cual la organización política o sindical supera el bandolerismo primitivo, resulta discutible en nuestro medio porque es difícil constatar un progreso lineal en tal sentido, y las condiciones sociales de ciertas regiones presentan violentas fluctuaciones. No obstante, es obvio que cierto nivel de bienestar económico y de legitimidad del orden político tenderá a extinguir las condiciones de posibilidad del bandolerismo.
Nadie puede asegurar todavía que nuestro país haya alcanzado ese nivel de evolución y, mientras tanto, la leyenda de los bandoleros gauchos sigue siendo, más que un dato folklórico, una señal de advertencia sobre las fisuras entre la cultura popular y el orden legal.

EPILOGO PARA LA FAMILIA DE MATE COSIDO

Ramona Romano, prontuariada por policías y gendarmes como la mujer de Mate Cosido y madre de su hijo, se llamaba en realidad Genoveva Romano, y tenía 14 años cuando conoció a David. Ramona era un apodo que le puso él. Usando su verdadero nombre, un día pudo eludir las acechanzas de los perseguidores que esperaban el regreso del bandolero, y retornó a su pueblo natal de Roque Sáenz Peña, en el corazón del Chaco, a criar en paz al hijo de ambos, Mario Fernando, sin que nadie le molestara. Aunque David mandó cierta vez a un emisario para llevarlos con él, sus familiares se opusieron, pensando sobre todo en el futuro del niño, y Genoveva se resignó a no verlo más.
Mario se hizo hombre, tuvo diversas ocupaciones, fue periodista de deportes en medios locales, formó un hogar, y pocas personas supieron que era hijo de aquel legendario fugitivo. A pesar del corto tiempo que estuvieron juntos, Mario recordaba siempre los gestos de cariño de su padre, y tenía presente cómo una vez se interpuso para que la madre no castigara sus travesuras.
Muchos años después, la cineasta Michelina Oviedo -también oriunda de Sáenz Peña- encontró a Genoveva y Mario y los persuadió para que dieran su testimonio en la parte documental del film “Mate Cocido, el bandolero fantasma”. Así se revelaron aspectos desconocidos de esta historia, que culminó para ellos, como un homenaje, con el estreno de la película en Resistencia (2004). En esa ocasión, Genoveva nos manifestó que aquella carta al director de Gendarmería donde se denunciaba a los policías cómplices de David no la escribió ella, y seguramente fue cosa de su madre, quien conocía bien esas relaciones.
Mario falleció en mayo de 2006. Genoveva sigue viviendo en Sáenz Peña, acompañada por el afecto de sus nietos.

[1] Carta de Mate Cosido en revista Ahora, Buenos Aires, número 498, 29 de marzo de 1940.
[2] Eric J. Hobsbawm, «Social Bandits: Reply» en Comparative Studies in Society and History 14, número 4, septiembre 1972, p. 504; el informante, entrevistado en 1968, era el sargento José Avalos (según Hobsbawm, Bandidos, Barcelona, Ariel, 1976, p. 6).
[3] Mi primer trabajo, «Bairoletto, el último bandido romántico» se publicó en el suplemento número 10 de Todo es Historia, diciembre de 1968, y se reeditó como libro en 1974 y 1977. Considerando aportes posteriores a la investigación, rectifico la ortografía del apellido Vairoleto (con V) y también la de Mate Cosido (con s).
[4] E. J. Hobsbawm, Rebeldes primitivos. Estudios sobre las formas arcaicas de los movimientos sociales en los siglos XIX y XX, Barcelona, Ariel, 1968, cap. II, y Bandidos, cit.
[5] Anton Blok, «The Peasant and the Brigand: Social Banditry Reconsidered», en Comparative Studies in Society and History, 14, número 4, setiembre 1972.
[6] Hobsbawm, «Social Bandits: Reply», cit.
[7] Ver H. Chumbita, «Bandolerismo social», en T. S. Di Tella y otros, Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas, Buenos Aires, Puntosur, 1990.
[8] Richard White, «Outlaw Gangs of the Middle Border: American Social Bandits», en The Western Historical Quarterly, 12, número 4, Logan, Utah, octubre 1981. Pat O'Malley, «Social Bandits, Modern Capitalism and the Tradítional Peasantry. A Critique of Hobsbawm», en The Journal of Peasant Studies, 6, número 4, Londres, julio 1979.
[9] Richard W. Slatta (ed.), Bandidos: The Varieties of Latín American Banditry, Nueva York, Greenwood, 1987, que contiene, entre otros, el estudio de Slatta «Images of Social Banditry in the Argentine Pampa».
12. La filiación y demás datos oficiales sobre MC que transcribo los verifiqué en su prontuario y documentación del archivo del Servicio Histórico de Gendarmería Nacional (SHGN) consultados en Buenos Aires, 1991. El informe «Segundo David Peralta (a) Mate Cosido», en la revista Gendarmería Nacional número 14, 1966 (dirigida entonces por el comandante José E. San Julián), se apoya en tales documentos y otras referencias aportadas por personal de la institución. Sergio Almendro compulsó las mismas fuentes para una serie de notas en la revista ¡Esto!, números 214,215 y 216, Buenos Aires, marzo de 1990. Asimismo obtuve información complementaria de un trabajo inédito de RAMÓN TISSERA, “Alias Mate Cocido”, basado en registros policiales, datos periodísticos y testigos de la época, que el autor me facilitó en 1974 en Resistencia y de donde tomé el título del presente artículo.
[10] Hobsbawm, en Hispanic American Historical Review 68, número 1, febrero 1988, pp. 135 y 136.
[11] Humberto Costantini, «Milonga de aquella yunta» (música de Osvaldo Avena) en La Razón, 3 de febrero de 1985, y en H. Costantini, Más cuestiones con la vida, Buenos Aires, 1986.
[12] La filiación y demás datos oficiales sobre Mate Cosido los verifiqué en su prontuario y documentación del archivo del Servicio Histórico de Gendarmería Nacional (SHGN) consultados en Buenos Aires, 1991. El informe «Segundo David Peralta (a) Mate Cosido», en la revista Gendarmería Nacional número 14, 1966 (dirigida entonces por el comandante José E. San Julián), se apoya en tales documentos y otras referencias aportadas por personal de la institución. Sergio Almendro compulsó las mismas fuentes para una serie de notas en la revista ¡Esto!, números 214, 215 y 216, Buenos Aires, marzo de 1990. Asimismo obtuve información complementaria de un trabajo inédito de Ramón Tissera, “Alias Mate Cocido”, basado en registros policiales, datos periodísticos y testigos de la época, que el autor me facilitó en 1974 en Resistencia y de donde tomé el título del presente artículo.
[13] Nélida Argentina Zenón, «Mate Cosido», chamamé, difundido en el litoral en los años '70.
[14] Carta de Mate Cosido a Ahora, cit.
[15] Artículo en Gendarmería Nacional cit., p. 52.
[16] El de Zamacola es el prontuario número 4 de la Sección Especial de Gendarmería Nacional, donde consta que nació en Vizcaya en 1904, de 1,75 m de estatura, con instrucción primaria, habiendo sido «jefe de la banda que luego capitaneó MC»; se añade que fue «rompe-huelgas en Villa Constitución (Santa Pe) de donde fue expulsado», dato curioso que parece contradictorio con su vinculación al anarquismo.
[17] Chamamé de Nélida A. Zenón, cit.
[18] Cit. por Nicolás Iñigo Carrera, La violencia como potencia económica: Chaco 1870-1940, colección «Conflictos y procesos en la historia argentina contemporánea» número 11, Buenos Aires, CEdAL, s/d.
[19] Cfr. Anacarsis L. Acevedo, Investigación a la Forestal, CEdAL, Buenos Aires, 1983.
[20] Cfr. Mario Fort, Milenarismo y conflicto social: los tobas, colección «Conflictos y procesos...» número 27, Buenos Aires, CEdAL,s/d.
[21] «Los hacheros», informe especial en Cristianismo y Revolución número 8, Buenos Aires, julio 1968, refiere conflictos y huelgas que culminaron en enfrentamientos armados en 1921.
[22] Hobsbawm, Bandidos, cit., p. 47.
[23] Referencias de Ramón Tissera (Resistencia, 1974).
[24] Para el período posterior a 1933, además de los datos del prontuario, tengo en cuenta la serie de notas «La verdadera historia de Mate Cocido» (Ahora número 488 a 497, febrero/marzo 1940), el art. en Gendarmería Nacional cit., y ref. de Ramón Tissera.
[25] Carta de Mate Cosido a Ahora, cit.
[26] La Voz del Chaco, Resistencia, 21 de diciembre de 1937.
[27] Milonga cit.; Costantini me confirmó haberse basado en testimonios directos (1985).
[28] Cfr. Carlos Cúneo y Abel González, La delincuencia, colección «La Historia Popular» número 54, Buenos Aires, CEdAL, 1971, p. 89; González me confirmó haber obtenido el testimonio (1990). La logia sigue funcionando en la misma sede hasta hoy.
[29] En Rebeldes Primitivos, cit., cap. VIII, Hobsbawm incluyó un estudio de las sectas obreras, donde señala las influencias y vinculaciones de la masonería a este tipo de movimientos sociales.
[30] Ver H. Chumbita, «Bairoletto...» cit.
[31] Milonga de H. Costantini, cit.
[32] Ref. de Ramón Tissera.
[33] Milonga cit.
[34] Carta de Mate Cosido a Ahora, cit.
[35] Milonga cit.
[36] Cfr. documentos de archivo del SHGN. La Sección Especial se disolvió en 1941. Solveyra Casares fue años después funcionario de inteligencia en el gobierno de Perón.
[37] Carta de Mate Cosido a Ahora, cit.
[38] Según Solveyra, García se había suicidado (informe del 27.10.1939, archivo SHGN). Respecto al doble papel de Recarte Sánchez, ref. de R. Tissera.
[39] Chamamé de Nélida A. Zenón, cit.
[40] Chamamé cit.
[41] La carta, despachada por correo desde Rafaela, estaba firmada como «Manuel Bertolatti», y Ahora la transcribió casi íntegra en los números 498,499 y 599, marzo/abril 1940.
[42] La carta de Ramona está fechada en Córdoba en 1940, omitiéndose el mes (original en archivo del SHGN).
[43] «Informe sobre comisión auxiliar SC al Paraguay localizar MC» fechado en Buenos Aires, 13 junio 1941 (archivo del SHGN).
[44] Además de otras fuentes citadas, cfr. Gustavo Germán González, «55 años entre delincuentes y policías», en Crónicas de «el hampa porteña», tomo 1, 1971, p. 92.
[45] Roberto Carri, Isidro Velásquez. Formas prerrevolucionarias de la violencia, Buenos Aires, Sudestada, 1968; el chamamé «El último sapucay» de Oscar Valles relata su muerte a manos de la policía.
[46] R. W. Slatta, Los gauchos y el ocaso de la frontera, Buenos Aires, Sudamericana, 1985.
[47] P. O’Malley, ob. cit., p. 494.
[48] José Hernández, Martín Fierro.

Fuente: www.hugochumbita.com.ar/actualizaciones/b_alias_matecosido.doc

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